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Javier Baulúz PDF Print E-mail
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Wednesday, 18 October 2006
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Javier Baulúz
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  • ¿Le gustaba discutir a Miguel?
  • Mucho, el tío Miguel era muy discutidor. Una vez, iba con su coche por San Rafael con José Luis y se metió en un cambio de rasante por la izquierda. Al otro lado apareció un guardia, de los pocos que había entonces, y lo paró. Le llamó la atención y empezaron a discutir. Y claro, el tío Miguel no tenía mucha razón porque ir en un cambio de rasante y por la izquierda no es muy correcto. Durante la discusión el guardia le pidió la documentación. Cuando se la da mi tío se da cuenta que es de Zaragoza y como el guardia era aragonés dijo que le perdonaba la infracción. El tío Miguel saltó diciendo: “usted no me perdona a mí, no señor, yo le pago a usted la multa”. Es decir, le dio la vuelta a la tortilla. Tengo otra anécdota. En el año 1944, cuando mis padres y ellos alquilaron una casa en San Rafael, una casona, fui al río, a una poza, a bañarnos. Íbamos muchos días a bañarnos mis hermanos y yo. Y se venía el tío Miguel con nosotros. Me acuerdo que era domingo, por lo que había muchos domingueros. Eran unos golfos que empezaron a decir burradas y a hacer barbaridades, rompiendo la presa… La presa estaba para aguantar el agua y poder nadar un poco. El tío Miguel estaba indignado con ellos y les llamó la atención dos, tres y cuatro veces. Y lo pusieron a parir, le llamaban “viejo estúpido”, aunque no era tan viejo. El tío seguía echándoles la bronca. No le pegaron de milagro. Yo tendría en ese momento seis o siete años. Al final no pasó a mayores, sólo le insultaron. Pero se me quedó grabado el hecho de que les siguió dando la vara por lo maleducados que eran esas personas.

  • Luego le devolvieron la cátedra.
  • Sí, pero después de la Guerra Mundial. El régimen de Franco en aquella época empezó a realizar ciertos gestos. Montó unas Cortes y una democracia orgánica, aunque no sabíamos muy bien que era eso. Inventó cosas así y devolvió la cátedra a algunas personas, como a mi tío. El tío Miguel se incorporó a la universidad y dio su primera clase de doctorado. Se llenó de antiguos alumnos. Asistieron entre otros, mi hermano José Luis, quien estaba haciendo el doctorado de Química. El tío Miguel empezó diciendo “decíamos ayer”, la frase de Fray Luis de León. Lo dijo para no contar lo que había pasado y no tener que contar su vida anterior. Le dieron una ovación enorme cuando terminó, por lo bien que explicaba. Era un maestro. Los alumnos siempre han dicho que le entendían muy bien cuando explicaba Física.

  • Tengo entendido que un día le tomó el pelo de forma cariñosa.
  • En 1944 mi familia tenía una casona en San Rafael, y un vino la tía Jimena y el tío Miguel por la tarde. Solían venir de vez en cuando. Mi hermano Julio y yo teníamos inventado una radio que estaba conectada a un micrófono mediante unos alambres. Con lo cual, hablábamos nosotros y salía por la radio, es decir, era una radio falsa. Cuando el tío Miguel se marchaba y ya se estaba despidiendo la radio empezó a hablar. Y contábamos la invasión de Normandía, lo que estaba sucediendo en aquel momento. Pero lo contamos con barbaridades y disparates. Mi tío se quedó paralizado escuchando la radio, creyendo que era verdad. Y me acuerdo que decíamos: “En este momento se acerca al micrófono el General Moscardó”, que era quien defendía el Alcázar de Toledo. Y mi tío se quedaba pensado: “¡¡Qué disparate!!”. Se quedo diez minutos escuchando todos aquellos disparates, todo inventado. Estaba asombrado hasta que ya se iba y sonó desde la radio “adiós tío Miguel”. Se volvió ya riéndose.

  • ¿Qué impresión le ha dejado la figura de Miguel Catalán?
  • Nosotros, los Bauluz, pertenecíamos a una familia muy religiosa. A lo largo de la vida he cambiado completamente al otro lado. Algo ha influido ver a una persona como Miguel, a quien en aquella época le teníamos muy mal juzgado cuando tenía ocho, nueve o diez años, porque era un hombre de izquierdas y que no iba a misa. Al final, para nosotros no es que haya sido un guía, porque ha estado muy lejos para poder serlo, pero a lo largo del tiempo se ha demostrado que él tenía razón y nosotros no. Eso siempre lo tengo en cuenta. Otros de la familia han sido lo contrario, me dieron ejemplo en aquella época, pero no los valores de respeto, de democracia y de libertad. Los Catalán eran gente que utilizaban esos valores que en aquella época no estaban bien vistos. Ese mundo se resolvió favorablemente, al menos a mi parecer, viendo de lejos a l tío Miguel. Siempre me he acordado de él en ese aspecto.

  • ¿Le dio alguna vez clase?
  • En el colegio dio clases, aunque nunca a mí. En Madrid estudié en el Instituto Escuela. En la Guerra salimos para San Sebastián y ya no pudimos volver a Madrid hasta después de la guerra. Por tanto, no me dio clase. Ya en 1957 yo estuve de profesor en el Colegio Estudio, en la calle Miguel Ángel, y veía al tío Miguel pero nunca como mi profesor. Sus alumnos, todos, hablan de él como un gran profesor, un gran maestro y un gran explicador. Tuvo un libro publicado sobre enseñanza de Física porque tenía que ganarse la vida.


    Last Updated ( Friday, 15 December 2006 )
     
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