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¿Hicisteis un viaje a Portugal?
Todos los veranos íbamos a San Sebastián,
pero en 1934 no fuimos. Los padres de Miguel y mis abuelos decidieron
alquilar a uno de los Menéndez Pidal en San Rafael una de las
casas, la que ahora usa Gonzalo Menéndez Pidal. Y pasamos todo
el verano con ellos. En el mismo año 1934 hicimos un viaje a
Ciudad Rodrigo, en Portugal. Miguel se acercó a mí y me
preguntó si quería ir con ellos y claro, acepté.
Se había comprado un coche nuevo, muy moderno, que tenía
como nombre Autoplano. Tenía radio y todo. Era lo último
en aquella época. Fuimos la madre de Jimena, Jimena, Diego,
que debía tener dos años, y yo. Fuimos de un tirón
a Ciudad Rodrigo. Llegamos de noche porque iba muy despacio. Tardaba
horrores. Conducía muy despacio porque tenía miedo de
sí mismo. Veía un camión que venía en
sentido contrario y se apartaba, porque entonces no había
autopistas. Allí, después de cenar, nos asomamos él
y yo de noche al río. Y él, donde viera agua se bañaba.
Me preguntó “¿Nos bañamos?”. Yo me quedé
mudo y le contesté: “¿Y la tía que dice?”.
Me dijo: “Pues no lo decimos nada”. Bajamos, nos bañamos y
volvimos a subir. Era agosto. Era una persona que nunca llevaba
abrigo ni sombrero. Yo eso lo heredé de él. Era
sinabriguista y sinsombrerista. Ahora abrigo sigo sin llevarlo pero
sí sombrero. Luego fuimos a un pueblecito cerca de Coimbra,
donde vivía Manuel Antunes, quien trabajó aquí
en Madrid, en el centro Rockefeller con Miguel, durante al menos dos
años. Quiso pasar por allí a ver a su mujer y sus
niños. Luego fuimos a Figueira de Foz. En la playa ondeaba una
bandera roja, que significaba que nadie se podía bañar.
Otra vez Miguel me preguntó si quería bañarme.
Yo iba encantado. Jimena llevaba unas mantas para poder cambiarnos
dentro del coche sin que nadie nos viera. Salimos del auto con el
traje de baño y vimos que estaba rodeado de gente porque era
un coche muy moderno. Fue curioso porque de un coche tan bueno
salieron dos personas en traje de baño. Llegamos a la playa y
me dijo que ahora había que correr porque nos iban a prohibir
bañarnos. Así fue, corrimos y nos metimos en el agua.
Tampoco nos multaron. Miguel era una persona que nadaba bien. A mí
me enseñó a nadar crol. Luego yo he sido nadador, como
mi mujer que fue subcampeona de España con 14 años
compitiendo con los mayores. Con otras dos personas, años
después formamos un cuarteto que batimos el record de España
de cuatro por doscientos.
¿También fuisteis a Viana do
Castelo?
Si. Allí se reunían los profesores del
Instituto Escuela, al menos todos los que trabajan relacionados con
el arte. Allí estaba de jefazo el señor Mora, que llegó
a ser luego profesor en el Colegio Estudio. Cuando un profesor lleva
trabajando 25 años, como reconocimiento se le da el escudo del
colegio, el denominado ladrillo. Mora fue quien hizo el primer
ladrillo.
¿Le hicieron Doctor Honoris Causa en la
Universidad de Coimbra?
Sí, cuando pasaron los años le
nombraron Doctor Honoris Causa por la Universidad de Coimbra. Me
acuerdo que fue sólo a Coimbra, sin Jimena ni ningún
otro acompañante, porque se quedaron en el Colegio. Llegó
vestido con un simple jersey y una camisa pero le dijeron que tenía
que ir de etiqueta, por lo que le llevaron a que se hiciera un traje
esa misma noche. Luego, los miembros de la institución docente
le dijeron que a la mañana siguiente le irían a buscar
al hotel donde estuviera alojado para llevarle en coche a la
Universidad de Coimbra. Miguel se quedó en silencio y les dijo
que estaba alojado en una tienda de campaña. A la mañana
siguiente le recogieron en la tienda de campaña. Era en los
años treinta. A Miguel le gustaba mucho usar la tienda de
campaña Cuando hacía algún viaje suelto solía
llevarla siempre. También era muy aficionado a la bicicleta,
de hecho, muchas veces iba a dar clase en bicicleta. Un día
tuvo un accidente en bicicleta que pudo costarle la vida en los
Condes del Val. Iba cuesta abajo y salió un coche a la
carretera. Prácticamente cayó al vacío pero tuvo
suerte y no le pasó nada. Para volver cogía un tranvía
número 7 donde se montaba con la bicicleta y todo. A mí
nunca me ha gustado la bicicleta pero sí que he ido con él.
Cuando iba a Atocha desde Modesto Lafuente iba en bicicleta, pero en
aquella época no había casi peligro porque no había
coches.
¿Tuvo serios problemas durante la Guerra
Civil?
Muchísimos. He leído en dos libros
cómo el padre de un alumno suyo evitó su fusilamiento
durante la Guerra Civil. Por lo visto el niño le dijo a su
padre, que era policía, que era su profesor favorito. Este
rompió los papeles por los que debía ser fusilado, y se
libro de esa forma. También tuvo muchos problemas al terminar
la Guerra Civil ya que le expulsaron de la Cátedra.
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