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¿Fue un amante de la naturaleza?
Sí, le gustaba mucho el campo, los ríos.
Mi hermano Pedro tuvo una relación casi de hijo adoptivo, de
pariente próximo, y fue quien iba con el a bañarse al
río.
¿Recuerda alguna anécdota de los
veranos de San Rafael?
Nosotros íbamos mucho a su casa en San Rafael. Le gustaba
mucho la vida en la naturaleza. Siempre le gustaba bañarse con
otras familias. Le encantaba hacer vida en un río que había
cerca. En ese río era donde nos bañábamos muchas
familias de San Rafael. Él se entretenía haciendo las
pozas con sus propias manos, le gustaba mantenerlas y darse
chapuzones en ellas.
¿De qué época estamos
hablando?
De los años 40. Porque fue un año
después de terminar la Guerra Civil.
Me ha dicho que el principio de la Guerra les
sorprendió en San Rafael.
Efectivamente, a nosotros el 18 de julio nos cogió
veraneando en San Rafael, junto con Miguel Catalán y los
Menéndez Pidal. Le sucedió lo mismo a la familia Terán.
La guerra nos arrastró hacia Segovia y allí pasamos los
cuatro años siguientes. Mi padre siempre me contaba que mi
hermano mayor, Pedro, iba todos los días a la casa de Menéndez
Pidal porque estudiaba con ellos. Mi padre iba a buscarle y siempre
se pasaba mucho rato charlando con Miguel Catalán o con doña
María Goyri, la mujer de Don Ramón Menéndez
Pidal. Precisamente Don Ramón solía estar fuera. Don
Ramón fue presidente de la Real Academia Española
durante muchos años y un filólogo extraordinario. Sus
hijos fueron Jimena, que se casó con Miguel y Gonzalo que se
casó con Rosa Bernis. Vivieron todos juntos en el chalet de
Chamartín.
¿Cree que Catalán fue desafortunado
al vivir en aquella época con sus ideas políticas?
Tuvo muchas dificultades, de eso no hay duda. Si no
hubiera sido por la Guerra Civil Española es bastante probable
que hubiera llegado a cotas más altas.
¿Fue un docente investigador o un
investigador docente?
Fue más bien un investigador, aunque tenía
un valor docente maravilloso. Oírle dar una clase era algo
único. Lo poco que le conocí, que fue cuando hice
Séptimo de Bachillerato, y lo que le veía en el pasillo
entre clase y clase, es que era un hombre de una palabra fácil,
bien recibido y maravilloso en general. Pero también fue un
investigador de primera línea. De esa faceta de su vida no
conozco tanto en primera persona, pero sí sobre lo que he
leído de él en este sentido. Tanto que tuvo un nivel
internacional, todos los científicos del momento querían
trabajar con él, incluso los de Estados Unidos y el resto de
Europa.
En docencia dicen que nunca dio dos clases
iguales.
Seguramente lo saben mejor los estudiantes
universitarios. Ellos son quienes lo han podido distinguir más
sobre todo porque ya tenían una capacidad para distinguirlo.
Los estudiantes del colegio no teníamos aún esa
facultad. Estoy seguro de que serían unas clases aún
más magistrales. De todas formas, en Bachillerato nunca he
tenido un profesor con tanta claridad. Sobretodo teniendo en cuenta
otras asignaturas humanísticas y la aridez de la Física.
Aquello era una clase que siempre querías que llegase porque
era entretenidísima, facilísima. Insisto, era una
maravilla oírle. Yo fui un hombre de ciencias porque estudié
ingeniería, y las recuerdo como una delicia.
¿Recuerda más sus clases prácticas
o las teóricas?
No sé, ambas. Recuerdo clases teóricas
también muy bonitas. Recuerdo perfectamente una clase, a pesar
de los años que han transcurrido, sobre el movimiento
oscilatorio armónico, hablando del periodo y la frecuencia…
no sé, temas teóricos, temas arduos. Luego tenía
esos libros didácticos que había escrito sobre Física
que eran deliciosos. Él escribió unos libros de
Bachillerato en colaboración con Bernis.
¿También fue profesor en Segovia
durante la guerra?
Sí, al parecer también dio clases en
un instituto de la ciudad. Al estar esos cuatro años en
Segovia, desde el 18 de julio de 1936 hasta el fin de la Guerra
Civil, no quiso separarse de su carrera docente.
¿Usted no le conoció en su faceta
laboral?
No, he leído cosas de él porque le
tengo mucha admiración y respeto, pero directamente no he
visto ni he trabajado a su lado. Es decir, yo sólo aprendí
de él como bachiller, no como universitario.
En su caso no tuvo ninguna influencia laboral.
No, yo elegí una carrera de ingeniería,
que es una rama más relacionada con las Matemáticas.
Allí me dio clase un magnífico profesor que es sobrino
suyo, José Luis Bauluz. Sólo tuvo influencia el curso
de bachillerato.
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